MÉXICO.- Hacerse una selfie ha pasado de ser una actividad fácil, gracias a las cámaras de nuestros celulares, a convertirse en una peligrosa experiencia, que puede tener consecuencias fatales.
Un estudio realizado por el Instituto de Ciencias Médicas de la India, revela que del 2011 al 2017 han fallecido al menos 259 personas en todo el mundo, mientras se sacaban una selfie.
Se dieron cuenta además que se ha incrementado notablemente el número de incidentes mortales por selfies.
Por ejemplo, en el 2011 se informó de tres muertes, mientras que en el 2016 se produjeron 98 accidentes fatales.
Otra de las conclusiones a la que llegaron en el informe, es que la mayoría de las muertes por selfies ocurrieron en la India, con el 50 por ciento de los casos, seguido por Rusia, Estados Unidos y Paquistán.
Una de las razones que explica la alta cantidad de casos que presenta la India, es el número de jóvenes que reside en ese país.
Las víctimas se encuentran entre los 17 a los 29 años de edad. Y aún cuando las mujeres se sacan más selfies que los hombres, el informe destaca que el 72 por ciento de las personas que fallecieron son varones menores de 30 años.
Víctimas de selfies extremas
Wu Yongning, de 26 años, murió el 8 de noviembre del 2017 tras caer al vacío cuando preparaba una grabación en la cornisa de un edificio de 62 pisos a una altura de 190 metros, en la ciudad china de Changsha. Wu era un conocido escalador de edificios con miles de seguidores en las redes sociales.
Andrey Retrovsky, un joven de 17 años, subió junto a un amigo a lo alto de un edificio en Vologda, Rusia, buscando conseguir una fotografía de él como si estuviese cayendo del techo. Andrey estaba sujeto a una cuerda, pero cayó al vacío desde el noveno piso.
Xenia Ignatyeva, tenía 17 años y una larga experiencia en selfies extremos en Rusia. Se había sacado numerosas fotos en los edificios más altos del país, pero murió en un puente de San Petersburgo no muy elevado al que había ascendido. Perdió el equilibrio y se electrocutó al sujetarse de un cable de alta tensión.
El caso de la familia Mackoviack ha sido uno de los más dramáticos. Michal y Hania, un matrimonio polaco que llevaba años viviendo en Portugal, querían tomarse una selfie al borde del acantilado en Cabo de Roca, pero cayeron a una altura de 80 metros. Sus hijos de 5 y 6 años fueron testigos de la tragedia.
Selfies, el olvido de la realidad
La psicóloga clínica, Regina Ojeda, especialista en neurociencia cognitiva, dijo que detrás de estas selfies extremas existe el deseo de querer ser mejor que las demás personas.
«Antes nos tomábamos una foto por compartir el momento y ahora se está creando el momento para compartir».
Explicó que las personas tenemos diferentes tipos de atención, entre ellas la selectiva.
«Cuando estamos en esta foto tenemos la idea de salir bien nosotros, pero también el paisaje y que sea recordado y reconocido. Nos hiperfocalizamos en esa acción y al hiperfocalizar nuestro cerebro no tiene la capacidad de atender los riesgos que existen».
Esto significa que el entorno real pasa a segundo término.
«Me olvido del entorno en el que hay riesgos y como cada vez queremos que sea una mejor foto entonces están existiendo este tipo de accidentes que han llevado a la muerte».
Señaló que al tener «las mejores selfies», las persona creen que van a tener mayor aceptación y reconocimiento de los demás.
«Sobre todo creen que su autoestima incrementa, es decir, se sienten mejor y tienen este bienestar porque a través de las selfies podemos dar una imagen muy positiva de nosotros, que es una imagen no real, es una imagen maquillada».
La experta recomienda que al tomarse una selfie se deben «medir los riesgos» y que «sepamos que lo estamos haciendo por querer compartir un momento que sea agradable».
Con información de Noticieros Televisa