Vinos con espíritu familiar

La Lomita surgió como un proyecto familiar, su éxito llevó a que la empresa creciera con Finca La Carrodilla, ambas marcas trabajan con valores familiares y respeto a la naturaleza en el Valle de Guadalupe. ¿Ya probaste sus vinos?

 

Los inicios de La Lomita fueron en 2005, cuando Fernando Pérez Castro, director general de La Lomita y Finca La Carrodilla, y su familia se mudaron al Valle de Guadalupe. Ahí se enamoraron de la tradición vitivinícola de la zona y comenzaron a trabajar en la producción de vino para la familia y los amigos.

Cinco años después, su marca ya se vendía en centros de consumo más importantes del país y trabajaban en un proyecto a diez años para fortalecer la empresa. En la actualidad, La Lomita produce 80,000 mil botellas de vino al año. Las bebidas contienen varietales como sauvignon blanc, chenin blanc, chardonnay, grenache, tempranillo y shiraz, entre otros.

Parte del trabajo de la vitivinícola no es sólo la producción de vino, sino compartir e informar acerca de la cultura del vino en México, es por ello que se organizan catas y visitas guiadas para explicar el proceso de producción de la bebida. Además, es una buena oportunidad de compartir con la naturaleza, disfrutar de los paisajes del valle y visitar su restaurante, en donde ofrecen comida “de la baja” con ingredientes orgánicos, menciona Fernando Pérez.

La Lomita se encuentra entre los cerros de la comunidad de San Marcos, a 15 minutos del océano Pacífico. Su inauguración oficial fue en 2009. En la actualidad, cuenta con ocho etiquetas de vino blanco, tinto y rosado.

Más detalles en: http://lomita.mx/

La Lomita se encuentra entre los cerros de la comunidad de San Marcos desde el 2009. CORTESÍA DE LA LOMITA Y FINCA LA CARRODILLA

 

El proyecto crece

Después de ver el éxito que tuvo La Lomita, la familia se expandió, comprando Finca la Carrodilla, en el ejido de El Porvenir, primero con la idea de que fuera proveedor de uva para La Lomita, pero al ver su éxito decidieron convertirla en una vitivinicultora.

La finca cuenta con 20 hectáreas en donde hay más de 40,000 plantas de vid. El viñedo tiene certificación orgánica y propone una agricultura sustentable. Además, dispone de un huerto –también orgánico– de donde se obtienen ingredientes para elaborar productos como mermeladas, salsas y compostas; y animales de granja como vacas, gallinas y ovejas, que permiten a los visitantes conocer un poco más de su cuidado y los productos que se obtienen de ellos, por ejemplo: queso fresco y mantequilla.

En la actualidad, esta finca produce 20,000 botellas de vino de seis etiquetas al año, con varietales como chenin blanc, shiraz, cabernet y tempranillo.

Más detalles en: www.fincalacarrodilla.mx

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