El valor de la mecanografía: La historia de Karla
Cuando tenía 12 aprendió a escribir a máquina en una Olivetti, de esas que eran comunes por allá de los años 90, utilizando como guía el clásico catálogo de Mecanografía de José P. Cacho.
Durante seis años, tres de secundaria y tres de preparatoria, fue de las más aplicadas en el taller de Taquimecanografía y conforme avanzaba de curso logró ganar velocidad.
Aunque nunca supo cuántas palabras por minuto tecleaba, estaba segura que algún día, cuando tuviera empleo, sus conocimientos y práctica le ayudarían.
El reto del teclado
Fue hasta los 22 años, recién egresada de la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación del Colegio Holandés cuando entró a trabajar a un medio local en la Ciudad de México.
Finalmente empezó a poner en práctica sus habilidades con el teclado. Primero haciendo captura de datos, transcripciones de entrevistas y después, con el paso de los años, trabajos de investigación, textos y reportajes. Siempre destacando por su rapidez al teclear.
“Parecería repetitivo que todos los días me siento frente a la computadora y escribo y escribo y escribo, pero no. A cada momento hay historias nuevas que contar y con cada nota me reto para escribir más rápido que la anterior”.
Ha estado en seis trabajos, todos frente a la computadora; con jornadas laborales que han ido de las ocho hasta las 12 horas.
Síndrome del Túnel Carpiano
Karla asegura que nunca le había pasado, pero quizá sus dedos le están cobrando factura después de 16 años de no parar. Y a eso hay que sumarle que con el desarrollo de las tecnologías, ahora vive pegada al celular, es decir, pasa el día entre el teclado de la computadora y el whatsapp.
Asegura que hace unas semanas empezó a sentir dolor, quizás un cosquilleo en las manos, además de que los pulgares poco le respondían.
Según los expertos, los oficinistas, estudiantes y aficionados a la computación suelen padecer del Síndrome de Túnel Carpiano.
Se trata de un aumento de la presión en el espacio de la muñeca, por donde pasa el nervio mediano y una serie de tendones que van desde el antebrazo hasta la mano. Este aumento de presión provoca que el nervio reciba menos sangre y se dificulte su funcionamiento.
Esto puede provocar un dolor permanente y un cosquilleo en la mano, principalmente en los dedos pulgar, índice y medio.
Mujeres, las que más lo padecen
Según el doctor Rodrigo Rivera, traumatólogo de la Clínica Vespucio en Chile, este síndrome lo padecen mayormente mujeres entre los 30 y 40 años, pues son más susceptibles a padecerlo que los hombres.
Algunos síntomas del Síndrome del Túnel Carpiano, son:
– Torpeza de la mano al agarrar objetos.
– Entumecimiento en el pulgar y en los dos o tres dedos siguientes.
– Hormigueo en la palma de la mano.
– Dolor que se extiende al codo.
– Dolor en las manos o muñecas.
– Atrofia del músculo por debajo del pulgar.
Yoga y el alivio de las posturas
Karla nunca había sentido sus dedos entumecidos. Y sí, asegura que se espantó.
“Hubo un momento que no podía ni cerrar las manos. Estuve todo un fin de semana que no podía mover los dedos, sobre todo los pulgares”.
Cuenta que dos veces a la semana practica yoga, y aunque tiene pendiente el ir con un especialista, mucho le han ayudado las posturas para sentirse mejor.
“El malestar lo empecé a sentir un jueves. Yo fui a yoga hasta el lunes, y después de la clase me sentí mucho mejor. Regresé el miércoles, los estiramientos y las posturas me ayudaron a relajar mis manos”.
Afirma que con los ejercicios y con un momento de relajación, respirando, empieza a mejorar.
Daniel Cortés, practicante de Yoga, nos muestra en este video una rutina de ejercicios sencillos para relajar las manos y quitar la tensión en los dedos.
Namasté
Redacción / Video: YouTube/Dan Starwalker
