30 de abril
Millones de niños no tienen la celebración a la que estaban acostumbrados. Hoy no hay festival, no hay globos, no hay paseos, no hay compañeros de escuela con quien reir. Pero justo en este momento en el que el mundo lucha para frenar la propagación del COVID-19 el punto no es echar de menos la fiesta, no. Lo importante es enseñarles a celebrar desde nuestra realidad: el confinamiento.
En estos tiempos de coronavirus, el reto no solo es cuidarlos de la pandemia. Es orientarlos para que aprendan a disfrutar el presente, a vivir en plenitud, aprovechar el tiempo en familia y que valoren eso que solo a ellos les pertenece, su infancia.
Vivir en confinamiento
El aislamiento ha sido una de las principales medidas implementadas en el mundo para enfrentar el coronavirus.
China fue el primer país en aplicarla. A más de tres meses de los primeros casos registrados en su territorio, la actividade del gigante asiático comienza a retomarse.
Tras reportar una reducción en el número de contagios y muertes, algunas naciones de Europa también han empezado a relajar el confinamiento.
En México aún nos falta.
No cabe duda que la cuarentena ha sido fundamental en la lucha contra la pandemia, sin embargo, se ha advertido de daños colaterales, sobre todo en el desarrollo y seguridad de los niños.
Mayor riesgo en las redes
La UNICEF ha señalado que por el confinamiento los niños pasan más horas navegando en Internet. Tras el cierre de escuelas, depeden más de la tecnología para aprender, entretenerse y socializar. El problema es que si no cuentan con la debida orientación y vigilancia, corren más riesgo de quedar expuestos a contenidos dañiños, violentos o a sufrir situaciones de explotación sexual y acoso en línea.
“Hacemos un llamamiento a los gobiernos y a la industria para que unan sus fuerzas con el fin de mantener a los niños y los jóvenes seguros en línea”, dijo la Directora Ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
Largos periodos frente a pantallas
Con el encierro, los niños pasan más tiempo frente a todo tipo de pantallas: tabletas, computadores, teléfonos inteligentes, televisión, etc.
Previo a la pandemia, se hablaba sobre los efectos de la exposición a las pantallas en el desarrollo intelectual y emocional de los más pequeños.
Un estudio de la psicóloga Sheri Madigan, investigadora de la Universidad de Calgary, indica que cuanto más tiempo pasa frente a una pantalla un niño de dos y tres años, peor es su desempeño a los tres y cinco años.
“La pandemia por coronavirus ha provocado un aumento sin precedentes en el tiempo que los niños pasan frente a la pantalla”, dijo el Director Ejecutivo de la Alianza Mundial para poner fin a la violencia, el Dr. Howard Taylor.
Sobrepeso
Según la Organización Mundial de la Salud, la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública que más afecta al mundo. Tan solo se estima que para 2025 el número de menores con sobrepeso aumentará a 70 millones.
“Es indudable que el confinamiento y la crisis desencadenada por la pandemia van a tener repercusiones negativas en la salud de muchos niños y niñas, especialmente entre los más vulnerables”, afirma Catalina Perazzo, directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Save the Children.
La organización remite a los datos de la Sociedad Española de Obesidad, que estima que el peso de los niños y niñas aumentará, de media, en un 5% durante el confinamiento y que el impacto será mayor en quienes que ya sufrían problemas de sobrepeso u obesidad.
Depresión y ansiedad
Diversos especialistas han advertido de los problemas a la salud mental de los menores por el encierro. Simplemente, uno de cada cinco menores de la provincia de Hubei, en China, presentó síntomas depresivos o de ansiedad pasado un mes de encierro.
En Wuhan, epicentro del coronavirus, el dato de niños con signos depresivos llegó hasta el 26%.
En México, la doctora María Elena Sánchez Azuara, investigadora de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló que niños y adolescentes podría sufrir enfermedades derivadas al estrés postraumático.
Violencia intrafamiliar
La violencia contra los niños y niñas es uno de los problemas más alarmantes que se han registrado durante el confinamiento.
La OMS estima que hasta mil millones de niños de entre 2 y 17 años en todo el mundo fueron víctimas de abusos físicos, sexuales, emocionales o de abandono en el último año. Diversos estudios indican que el aislamiento puede agravar la situación.
“Entre el 70 y el 80 por ciento de los casos, ese abuso se produce adentro de la familia, es intrafamiliar, por lo cual pone en mayor relevancia los riesgos que para estos niños implica estar encerrados hoy posiblemente con el agresor”, alertó la directora de la ONG argentina Red por la Infancia, Paula Wachter.
Su hogar, su seguridad
Sí, los padres tienen un gran reto. No solo para mantenerlos seguros del coronavirus, sino para ayudarles en su desarrollo, darles protección, educación, alegría y bienestar en el hogar.
Este Día del Niño no tiene que ser aburrido y tedioso para ellos, al contrario, pasarlo en familia puede ser la gran diferencia.
Y para ello, te recomiendo que les acompañes en una clase de yoga.
Esta disciplina les ayudará a eliminar el estrés y la ansiedad que pudiera provocarles el confinamiento, además de enseñarles a desarrollar habilidades físicas y emocionales en un entorno positivo.
Algunos beneficios del yoga para tus hijos, son:
– Mejora la felixibilidad,
– Aumenta la fuerza y resistencia,
– Fortelece los músculos,
– Ayuda a la coordinación,
– Favorece la conciencia corporal,
– Mejora la concentración,
– Mentiene la sensación de calma,
– Relaja la mente,
– Permite conectarse profundamente con el yo interior,
– Desarrolla una relación íntima con el mundo natural,
– Contribuye a la autoconfianza,
– Fomenta el compañerismo y la amistad,
– Promueve el respeto hacia el medio ambiente, la paz y el amor.
Celebra con ellos su día y conoce las bondades del yoga. Disfruta este instante, en aislamiento, que también es parte de la vida.
Namasté.
Redacción / Con información Infobae / El País / Save the Children / Notimex / EFE / Foto: La Vanguardia / Valeria Ushakova