Lejos de relajarse, las vacaciones los estresan
Sin duda, una de las temporadas más esperadas por millones de personas es la Semana Santa.
Además de ser la fecha más importante para la comunidad católica, muchos la disfrutan porque es tiempo de convivencia, de familia, de descanso, de viaje o bien, simplemente de romper la rutina.
Pensar en estos días es casi sinónimo de vacaciones.
Sin embargo, no todos lo ven de esa manera. Aunque parezca un disparate, hay quienes
las vacaciones más que tranquilidad, representan estrés, tensión, nerviosismo y ansiedad.
Rocío acepa que este periodo la altera mucho.
“Primero, tengo a los niños en la casa. No puedo hacer mis cosas, tengo más tareas que cuando no están mis hijos y es que son un ‘torbellino’. Pero además, imagínate, cuando salimos de viaje me estresa todo: que si apagué el boiler, que si la estufa, que si las teles se quedaron conectadas. (…) Si vamos en carretera le digo a mi esposo ‘vete despacio, cuidado con esto, cuidado con aquello’. Ahora imagínate volar. Es un suplicio para mí”.
Manuel dice que estar lejos de la oficina, le causa intranquilidad.
“Sí… soy workaholic. Totalmente. No puedo estar tranquilo si no estoy al tanto de la chamba. (…) He tenido problemas con mi familia porque estando de vacaciones estoy pendiente del celular y pegado a la computadora. No me puedo desconectar, aunque esté de vacaciones”.
VACACIÓN:término que procede del latín vacatio y que hace referencia al descanso de una actividad habitual. Se trata del período en el cual las personas que estudian o trabajan suspenden temporalmente sus obligaciones.
Dicho esto ¿qué caso tiene que Rocío y Manuel tomen vacaciones?
El estrés vacacional existe
Una encuesta realizada por el Instituto Británico de Liderazgo y Gestión, y en el que participaron mil personas, reveló que tan solo la idea de unas próximas vacaciones generaba ansiedad en un 73% de los consultados.
Según los expertos, quienes cuentan los minutos para regresar a la rutina padecen del llamado estrés vacacional o bajón de las vacaciones.
Se trata de un proceso que de no prevenirse puede ocasionar trastornos en la salud física y mental de la persona.
¿Qué genera el estrés vacacional?
La rutina.Una mala planificación y los drásticos cambios que experimenta la persona en vacaciones, tanto en su cuerpo como en su mente, son unos de los principales detonantes del estrés vacacional. Las nuevas responsabilidades le apartan de la seguridad que le brinda la rutina y al no poder recurrir a la acciones cotidianas que durante el año le facilitan la vida, pues surge la ansiedad y angustia.
Inadaptación a las novedades. Algunas personas muestra predisposición a reaccionar de modo adverso ante ciertas novedades como: planificar, adaptarse al cambio de residencia y a destinos desconocidos o interrumpir el nexo que les une con el trabajo cuando existe dependencia.
Exceso de tiempo libre.Apenas iniciadas las vacaciones, hay quienes se sienten desorientados y con un vacío, al darse cuenta que disponen de todo el tiempo. Incluso, no saben cómo emplearlo.
No saberse desconectar del trabajo. Algunos les llaman ‘workaholic’. A estas personas se les hace muy difícil olvidar las responsabilidades laborales y pasan gran parte de las vacaciones pensando en los pendientes, escribiendo y respondiendo correos electrónicos o contestando llamadas telefónicas.
Mucho tiempo para estar con la familia.Créase o no, existen personas que deben hacer un esfuerzo para dedicarle más tiempo a las relaciones sociales o familiares. Y no es por falta de cariño, sino por falta de costumbre para convivir días completos con su pareja, hijos u otros parientes, lo que genera discusiones a la menor provocación.
Dos semanas para lograr la desconexión
Hay quienes afirman que para eliminar el estrés acumulado en el cuerpo, se necesita como mínimo una semana de vacaciones.
Aunque lo ideal son dos semanas para alcanzar la desconexión plena. Y es que, explican, en los primeros días el organismo se resiste a olvidar el trabajo o a iniciar un proceso de adaptación a las nuevas actividades y horarios.
Es por ello que, conforme avanzan los días, el cuerpo se va acostumbrando a la “nueva rutina”.
Para combatir el estrés vacacional, los expertos recomiendan:
Planear con tiempo. Organizar los viajes con tiempo amplía las posibilidades de que las vacaciones fluyan con tranquilidad, sin tener que enfrentarse a imprevistos.
Planea vacaciones realistas. Es normal que las personas deseen tener las mejores vacaciones de su vida, pero para no dar paso al estrés y la ansiedad, es necesario no generarse altas expectativas.
Pensar más en ti. La mayoría de las personas vacaciona con familia o amigos, por lo que se está expuesto a un universo de imprevistos. Para empezar a descansar, es importante exponer lo que molesta y buscar la participación de los demás para, en su caso, delegar responsabilidades.
Disfruta el presente. Si es posible, se debe buscar momentos de relajación y meditación, para disfrutar del instante, del aquí y ahora. A veces los silencios ayudan a paliar la sensación de angustia.
Beneficios del yoga durante vacaciones
El yoga no solo es una disciplina para hacer posturas, meditar y realizar ejercicios de respiración. Es una práctica que busca conectar con la naturaleza, con nuestras raíces, con nosotros mismos.
Una vez que conectamos, es posible controlar las alteraciones mentales, reducir el estrés y desarrollar la espiritualidad.
Hacer yoga durante las vacaciones puede ayudar a:
- Desconectar,
- Relajarse,
- Disfrutar la tranquilidad y el descanso,
- Alejar los problemas,
- Cargar energía,
- Encontrar paz,
- Purifica y limpia,
Si estás interesado en hacer una práctica de yoga, en este video encontrarás una rutina que te ayudará a disfrutar de las vacaciones en plenitud.
Namasté.