RESPIRando: demasiada ira social; respira y libérala con yoga

Las voces que se apagaron

 

Honestamente, hay momentos en los que siento que estoy perdiendo la fe en la humanidad.  

Duele. Indigna. Enoja mucho la situación social que vivimos en el país. Preocupa mucho el nivel de violencia que aqueja a mi México. Nuestro México.

Hoy, el feminicidio es un tema que está sobre la mesa, en el metro, en la fila de las tortillas, en el café de la tarde, en la reunión con amigos, en el soliloquio…  

Literalmente está por doquier.  

Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que 2019 fue uno de los años más violentos para las mujeres en México: 976 presuntos delitos de feminicidio.  

Los estados con más casos: 

  • Veracruz: 157
  • Estado de México: 122
  • Ciudad de México: 68
  • Nuevo León: 67
  • Puebla: 58

Y eso no es todo. Tristemente no es todo.  

Esta semana, la activista Frida Guerrera dio a conocer que hasta el pasado 17 de febrero se tenía un reporte de 265 feminicidios. 

El mismo titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, reveló que los asesinatos de mujeres por motivos de género han crecido 137% en los últimos 5 años.  

Casos como el de Abril Pérez (noviembre 2019), Ingrid Escamilla (febrero 2020) y el de la niña de 7 años encontrada muerta en la alcaldía Tláhuac (febrero 2020) han estremecido a millones. 

Y ante la incredulidad, la ira, porque estamos hablando de vidas que fueron arrebatadas, y porque pasan y pasan los días y no hay justicia, y porque se siguen sumando los asesinatos, y porque no se han evitado, y porque la cifra sigue creciendo… y… y… y…  

La ira social 

Duele. Duele mucho. Pero enoja más. Mucho más.

En los últimos meses se han realizado diversas movilizaciones para exigir un alto a la violencia de género, al acoso, a los feminicidios, a los ataques contra mujeres. 

En varias protestas, sobre todo las realizadas en la Ciudad de México, han prevalecido los grupos de mujeres encapuchadas que realizan pintas y destrozos como los ocurridos el viernes 14 de febrero en Palacio Nacional.  

Ese día, las feministas pintaron paredes y piso. También lanzaron globos con pintura a la Puerta Marina, la rayaron e intentaron prenderle fuego. Por estos hechos tuvieron un enfrentamiento con mujeres policías. Después, protestaron frente a las instalaciones de dos diarios y destrozaron vehículos de un periódico.  

El fin de semana también hubo protestas.

  • En Oaxaca alrededor de 300 mujeres realizaron pintas y rompieron vidrios de edificios gubernamentales y negocios. 
  • En Morelia, decenas hicieron pintas en edificios históricos y comerciales. 
  • En Guadalajara, feministas se manifestaron en la Plaza de Armas. 
  • En Ciudad Juárez, 100 mujeres marcharon del Centro Histórico hasta el cruce internacional Paso del Norte. 
  • En Querétaro, decenas de mujeres pintaron consignas con gises de colores en un parque. 
  • Mujeres de la Laguna se manifestaron en la Plaza Mayor de Torreón, donde colocaron cruces con los nombres de mujeres asesinadas en los últimos meses. 
  • En Puebla, familiares y amigos de Ingrid Escamilla montaron una ofrenda en su honor en el kiosko de Nuevo Necaxa. 
  • También hubo protestas en Sonora y Baja California.
  • En Ciudad de México, feministas macharon y se manifestaron frente al edificio donde vivía Ingrid Escamilla. Le rindieron homenaje y guardaron un minuto de silencio en su memoria.  

Todas estas movilizaciones, que han seguido en la semana, solo son reflejo de la magnitud de ira que ha dejado la impotencia y falta de justicia ante los crímenes contra mujeres. 

 

La ira genera más ira

Ojalá no, pero es probable que conozcas la ira; esa reacción emocional que se produce cuando consideras que existe o que se va a producir un resultado negativo para tus intereses.  

Sí, esa es la ira. Pero no surge solo porque sí. Es un cúmulo de enojo que a la mínima provocación estalla de manera desproporcionada e injustificada, es decir, no responde a un estímulo concreto, sino a todas las ocasiones anteriores en las que fue reprimida. 

De no controlarla, sus efectos pueden ser muy dañinos para el organismo y la mente de quien la experimenta.  

  • Aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.En una revisión de estudios realizada por investigadores del Duke University Medical Center, de Carolina del Norte, se encontró una elevación del 19% en el riesgo de enfermedad coronaria en aquellas personas que conviven con la ira y la depresión.
  • Incrementa la tensión muscular. El enojarse genera tensión física, en la que se contraen los músculos y puede faltar el aire.
  • Genera estrés. En un episodio de ira crece la activación del sistema simpático, lo que libera las hormonas conocidas como catecolaminas (hormonas de estrés).
  • Reduce las facultades cognitivas como el razonamiento lógico y la atención. 
  • Provoca que te tengan miedo. Quien recibe toda la agresividad puede interpretar tu enfado como una amenaza a su integridad y equilibrio. 
  • Contamina la comunicación. 
  • La ira origina más ira. 

 

Yoga para liberar ira 

Científicamente está comprobado que el yoga es una disciplina que ayuda a equilibrar y conectar mente, cuerpo y espíritu.  

No es un trabajo fácil, pero es un hermoso regalo que solo tú puedes darte con base en la constancia y la convicción de hacerlo.  

Si sufres constantemente de ira, verás que a través del yoga reducirás aquello que te la detona. Y es que muchas asanas son útiles para desbloquear los centros energéticos y eliminar la energía negativa.  

Por ejemplo:
– Posturas de relajación y meditación. Calman al sistema nervioso y relajan la tensión muscular y mental. Entre ellas: postura del loto, postura del héroe o la postura de relajación acostado.

– Posturas de flexión hacia delante. Liberan la tensión en la espalda, la columna vertebral, hombros y la zona superior del cuerpo. También ayudan a aumentar el flujo de prana o fuerza vital.

– Posturas del triángulo. Dan un buen estiramiento al cuerpo, alineando el esqueleto, dando la sensación de estar conectados con la tierra.

– Posturas de torsión. Abren el tórax y aumentan el flujo de sangre por todo el cuerpo. Limpian los órganos de toxinas y suministran sangre oxigenada.

– Posiciones invertidas. Calman el sistema nervioso y liberan de energía negativa.

No generes más ira en tu entorno, en tu cuerpo, en tu mente. Libera todo ese enojo que no te permite disfrutar de este instante. Este breve instante que se llama vida.

Este video de YouTube encontrarás un sesión en la que, a través de la respiración, podrás calmar la mente.

Namasté.

 

Redacción / Con información de tupsicologia.com y ciudadyoga.com / Video: YouTube / CiudadYOGA

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