Ciertos permisos
Debo confesar que con el aislamiento y el ‘home office’ me he dado ciertos permisos: no me maquillo, algún día me la paso en pijama, ando descalza (salvo cuando me cacha mi marido y corro a ponerme las pantuflas), no me peino y en algunas ocasiones me tomo una copita de vino en la comida, por mencionar algunos.
Y ya que estamos en confianza, reconozco también que soy de las personas a las que les gusta desvelarse. ¿Haciendo qué? Viendo una película, platicando con mi marido, haciendo videollamadas con los amigos o jugando con el perrhijo. Vaya, me gusta la noche. La disfruto mucho.
Por cierto, ¿vieron la ‘Luna Rosa’? ¡Qué espectáculo!
Bueno, pues el dormir más tarde de lo habitual también es un permiso que me estoy dando. Claro que asumiendo la responsabilidad de levantarme al otro día temprano para trabajar. El tema es que, lo acepto, estoy durmiendo menos.
Y platicando con varias personas me he dado cuenta que la situación que estamos viviendo en el mundo por el coronavirus COVID-19, está afectando nuestro sueño y descanso, ya sea por malos hábitos o por la preocupación de nuestra realidad.
“Todo el día estoy pensando, todo me da miedo, me da miedo tocar las paredes, como que estoy en pánico. Me da miedo ir al baño, siento que ya lo traigo (…) estoy estresadísima. A veces me paro en la noche y me tomo mis gotas de Clonazepam (…) me despierto a cada rato (…) y no estoy reponiendo ese sueño”, afirma Isabel.
Y hay quienes, como yo, han modificado sus horas de sueño.
“Sí claro, me duermo más tarde y me levanto más tarde. Pasaba más de una hora en el tráfico (…) luego opté por salirme en la madrugada para evitar el tráfico, así que llegaba al estacionamiento y ahí dormía un poco hasta mi hora de entrada (…) Ahora que trabajo desde casa pues puedo pararme ya que amaneció y me pongo a trabajar”, comenta Miguel.
Así que el aislamiento está cambiando nuestros hábitos, entre ellos nuestro sueño.
Cambio de hábitos y consecuencias
El neurológo Hernando Pérez, especialista del Centro de Neurología Avanzada de España, explicó en entrevista para la BBC Mundo que el sueño tiene dos reguladores:
- El ciclo de la luz y oscuridad:si, por la cuarentena, nos estamos despertando más tarde, nos estamos perdiendo la luz solar de la mañana, la cual es clave para que el cerebro sepa que dentro de 12 o 14 horas llegará el momento de dormir.
- El cansancio:en el transcurso del día nuestro cuerpo se mantiene activo y cuando llega la noche siente la necesidad de descansar. “Pero si hacemos menos actividad física porque estamos encerrados, eso incidirá en nuestro sueño”.
Según los expertos, en las últimas semanas se ha registrado un mayor número de pacientes con “retraso de fase”, que es cuando un cambio de rutina afecta el sueño.
“Están sintiendo la necesidad de irse a dormir más tarde y, con ello, retrasan la hora de levantarse, con lo cual las horas de productividad tanto a nivel laboral, familiar y social, se están viendo reducidas”, indicó a la BBC Mundo la doctora Celia García-Malo, neuróloga especialista en sueño del Instituto del Sueño de España.
Asimismo, destacó otro fenómeno: el trastorno por pesadillas.
“Ocurre cuando el contenido de los sueños es muy realista, muy vívido, o porque refleja situaciones que nos producen ansiedad (…) se ve agravado cuando hay situaciones en nuestra vida diaria que aumentan nuestros niveles de estrés y ansiedad. De alguna manera nuestro subconsciente lo plasma en nuestros sueños”.
Por su parte, lapsicóloga clínica y coordinadora de Proyectos de BH Bienestar, red de expertos en el cuidado emocional de las personas dentro de las organizaciones que funciona en Europa y Latinoamérica, Patricia Barato, señala que el estado de ánimo de las personas en cuarentena se ve alterado.
“Es común que haya un decaimiento, una tristeza que se va apoderando paulatinamente de nosotros: la inactividad, el no poder desconectarse porque el ambiente laboral se funde con el doméstico”.
Indica que las preocupaciones llevan al insomnio o también se puede experimentar lo contrario: hipersomnia, que es un trastorno del mecanismo del sueño caracterizado por un sueño excesivo constante e involuntario.
“Tienen una sensación de pesadumbre, de abatimiento, propios de estar metidos en un domicilio por un mes, como ha sucedido en algunos países (…) los efectos de la cuarentena conllevan a un proceso de deterioro paulatino”, asegura la experta.
Asimismo, afirma, se pueden presentar los llamados microdespertares, que son problemas para conciliar o mantener el sueño.
“Al no estar tranquilo, ocurren entre cada ciclo del sueño y se hacen más conscientes”.
Los expertos recomiendan regular los pensamientos negativos durante la pandemia, para mejorar el sueño y el descanso.
Pensamientos como: “Ya me contagiaron”, “¿Cuánto durará la cuarentena?”, “¿Qué pasará con mi trabajo”, son ideas que afectan nuestro bienestar.
¿Vale la pena atormentarnos con ese tipo de ideas? Me parece que no.
Por ello quiero recomendarte hacer yoga. Entre otras cosas, te enseña a vivir el presente, a disfrutar este instante, contemplar el momento.
Yoga para dormir bien y mejor
Esta disciplina te ayuda a liberar la mente y eliminar pensamientos negativos, a través del control de las emociones. Y es que sus posturas o asanas influyen en tu bienestar físico y mental.
Ser constante en el yoga te da:
- Equilibrio,
- Control,
- Paz interior,
- Mejora la circulación sanguínea,
- Fuerza y flexibilidad muscular,
- Resistencia,
- Relajación y concentración,
- Quema calorías,
- El cuerpo se oxigena mejor,
- Mejoran las funciones y movimientos del cuerpo,
- Corregir problemas posturales,
- Evita las patologías articulares,
- Proporciona energía,
- Mejora el sueño y descanso.
Ahora que tienes un poco más de tiempo deberías probar con estas posturas de yoga antes de dormir. Verás que con la práctica mejorarás tu estado de ánimo y tu descanso.
En este video de YouTube encontrarás una clase muy suave que te ayudará.
Namasté.
Redacción / Con información de BBC Mundo / Video: YouTube / MalovaElena